Ir al contenido principal

"Ahy", no existe.

  • Asuntos de la gramática que se deben tener en cuenta:
"Hay" es haber,
"Ahí" es un lugar,
"Ay" es una exclamación y
"ahy" no existe.

“Haya” es haber,
“Halla” es encontrar,
“Allá” es un lugar,
"haiga" no existe.

“Botar” es para la basura y
“Votar” es su derecho de elegir.

"Iba" es de ir,
"Iva" es un impuesto, e
"Hiba" no existe.

"Valla" es un cartel grande,
"Vaya" es ir y
"Baya" es un fruto.

"Hay" es de haber, "ahí" es de lugar, "ay" es de exclamación y "ahy" lo utilizan quienes desconocen el lenguaje. "Haya” es de haber, “halla” es de hallar cosas, “allá” es de lugar, HAIGA es para los que están alejados de la gramática. Y “Botar” es para la basura y “votar” es tu derecho.

Comentarios

Anónimo dijo…
"Balla" no existe

Entradas más populares de este blog

ÍNDICES NARRATIVOS

Tomado de: La muerte del relato metafísico. Profesor Rodrigo Argüello Guzmán Tenues Psicología Índices aparentemente insignificantes o poco notables dentro de cualquier narración. Dan información sutil y explícita de los personajes. A través de índices tenues se puede mostrar toda la carga semántica de la soledad, la incomunicación, la desconfianza. Estatus Ideología Carga biográfica Tenues Pueden estar dados por paneos descriptivos o por paneos o gran plano general. Gestualidad. Indican clima. Indican climax. Descripción del objetos. Descripción de vestuario. E mbrionarios Se dan cuando al principio del relato se presenta una unidad con intención explícita para luego integrarse y madurar más adelante en su correlato. Los índices embrionarios obedecen al acto de atar cabos, que, en la vida cotidiana, se puedn dar por un acto milagroso o por un acto de asociación intencional.

Todos con todos. Una noche en un bar swinger.

Por: Jhon Edward Osorio Rodríguez Por invitación de ‘el pitu’, un viejo conocido de la cuadra, accedí aquel sábado a la petición de ir a conocer su nuevo negocio.  Era un sitio bien oculto a pocas cuadras del centro de la ciudad, desde afuera parecía imposible saber que adentro había un bar, no había publicidad, portero, ni música que perturbara a los vecinos, parecía más bien una casa de familia. Llegué a eso de las 10 pm, saludé al anfitrión, éste me presentó a su esposa, una rubia bastante joven y hermosa; ambos estaban en ropa interior. Cuando subimos por las escaleras, “el pitu” abrió una puerta y accedimos al sitio, era algo totalmente diferente a lo que desde afuera se veía. Música electrónica algo suave, un juego de sofás bastantes cómodos, las paredes bien decoradas y cuatro parejas que en ropa interior conversaban mientras bebían algo de licor. Me contó que le estaba yendo muy bien en su negocio y que todo era gracias a “el ángel San Antonio”, a quien tenía